domingo, 3 de junio de 2007

Antropoemia

Llegar a la escritura de esta entrada fue un camino muy arduo. No por la falta de ideas, todo lo contrario, sino por una cantidad inconmensurable de pensamientos sobre temáticas muy distintas entre sí que me llevaron a ella. Para darles un conocimiento cabal de lo que pasa por mi cabeza, debería instalarme un microchip en el cerebro con un plug in especial para que lo que pienso se vuelque directamente sobre mi ordenador y así publicarlo. Sin embargo, no es tan buena idea porque hay cosas de mí que no deberían saber. Y no quieren saber qué no deberían saber.
Mi motivación inicial para escribir fue la constante alusión por parte de ustedes, mis lectores frecuentes, a mi locura y mi maldad. A partir de ahí, se desató una vorágine de impulsos eléctricos en mi materia gris (mi cerebro ha vuelto a casa, pondría “felizmente”, pero lo dejo a su criterio) que le dieron vuelta y media a la cuestión. Se me ocurrió que tal categorización de mi personalidad es bastante nefasta. ¿Por qué? A ver, mis queridos amigos, ¿a dónde van los locos y los malos? Mastíquenlo por unos instantes…
Cada vez que me adjudican esos epítetos, me envían a los dos lugares donde los buenos burgueses recluyen a sus inadaptados: al psiquiátrico y a la cárcel. Sobra señalar que el título de este blog es Derecho para el psiquiátrico y que yo solita me confino a ese espacio donde muchos de ustedes no tienen un lugar reservado, convengamos en que es una muestra más de mi ironía.
Sin embargo, debo reconocer que cada vez que me llaman así la adjetivación intenta suavizar los términos: loca linda, mala divertida. Traducción: “No sos peligrosa, pero sí extraña”. O bien: “No me pegues, soy Giordano”. Es cierto que es mejor tenerme de aliada que de enemiga, no voy a negarlo justo ahora a ver si salen todos disparados como las palomas de Plaza de Mayo. Pero esta cuestión que se repite e intensifica a través de los años me lleva a reflexionar, ¿acaso me creen una idiota? Prefiero concluir que lo que no es comprendido se ubica en un lugar donde no molesta o con esa interpretación parcial se puede inferir normas de comportamiento y manipulación que liberan de hipotéticos daños y perjuicios.
La cuestión va más lejos, mucho más allá de una simple clasificación que mi entorno me aplica como si fueran verduleros acomodando la mercadería. Mi mayor inquietud fue: ¿por qué todos los que afirman que estoy loca y soy mala acuden a mí para pedirme consejos, para contarme sus mayores penas y, encima, escuchan lo que tengo para decir? El saber popular afirma que los locos y los borrachos siempre dicen la verdad, pero la sociedad se ocupa de confinarlos en instituciones con un (pretendido) riguroso control sobre cada uno de sus actos, así que el sentido común no aportaría una explicación concluyente.
Por lo tanto, me inclino a resolver que los que están locos son ustedes. ¿Cómo van a confiar en una loca mala? ¿Se drogan y no convidan? ¿O poseo la verdad revelada sobre el sentido de la vida y me quieren hacer creer que mis opiniones no son válidas para quedarse con todo el provecho de mi inteligencia? ¿Es un complot contra mí?
No voy a revelar mi estrategia porque sería poco avezado de mi parte y un insulto a mi sabiduría, no obstante, no tengan dudas de que mis trastornos mentales y mi esencia mefistofélica están siempre un pasito más adelante y un día me erigiré entre las ramas del árbol más alto y seré Presidente de la Nación. Un somero repaso histórico les dirá por qué tengo razón.

3 comentarios:

Adrián Negro dijo...

Cuando lei el título me asuste mucho!! Pero mucho! Vos sabés por qué... pero después me asuste mas! Jaja Contás con mi voto para la presidencia... Esta ciudad se va a convertir en un shopping y hace falta alguien con experiencia crediticia como la tuya!
Hablando en serio... No sos ni loca ni mala, y eso ya lo sabés. Tu blog me encanta, y tu ironía más. Besos!

Eli dijo...

El saber popular afirma que los locos y los borrachos siempre dicen la verdad, pero la sociedad se ocupa de confinarlos en instituciones con un (pretendido) riguroso control sobre cada uno de sus actos, así que el sentido común no aportaría una explicación concluyente.


Me gustó esa parte!!!!!!!!
A mi tmb me suelen decir que estoy loca pq "pienso demasiado" pero lo de mala no =P

beso!

Anónimo dijo...

Locura maldad.
No se, son principios demasiado profundos y complejos......o no.

Todo depende, yo honestamente no pienso mucho que digamos en estas cosas, me canse un día y me dedique a otras cosas.

a mi me han dicho mala persona y también loco, puede ser, no lo veo ni como un des calificativo ni como un elogio a características de mi personalidad que otros consideren creativas y asocien a locura o maldad.

Honestamente, me limito a un "je suis et rien"

El texto en cuestion que lei me resulto ameno, no voy a despilfarrar elogios sobre su originalidad y maravillosa creatividad como es común por internet por que sinceramente ya me canse de leer sobre la locura en los escritores especialmente de internet, es casi como una compulsión onanista de los escritores de internet hablar de la/su locura.

se ha vuelto un lugar tan comun como las adolecentes hablando de su vida sexual, mujeres quejandose de los hombres, hombres posteando sobre culos.

no hay nada de malo en los lugares comunes o costumbristas o que simplemente son, tienen su magia, a mi me encantan.






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